EDUCACION FINANCIERA

Cómo ahorrar: ideas y consejos para hacer que tu plata rinda más

Cómo ahorrar: ideas y consejos para hacer que tu plata rinda más

Guardar un poco de dinero todos los meses es un ejercicio saludable y que te acerca mucho más a tus objetivos económicos. Por eso, es importante conocer las diferentes maneras que existen de ahorrar y tener a la mano algunos trucos simples que podés aplicar en tu día a día.

Anotá tus gastos

Llevar un registro detallado de tus gastos te va a permitir no sólo interpretar de una manera correcta en qué dirección está yendo tu plata sino también tomar una dimensión real del volumen de dinero que destinás a cada cosa. Por ejemplo, si tenés apuntados todos tus gastos fijos, desde los servicios básicos hasta la cuota del gimnasio, apenas cobres ya vas a saber cuánto tenés que separar para este rubro. Y de esa manera reconocer cuánto te queda para el resto.

A su vez, llevar una lista de aquello en lo que se te va el dinero te va a brindar la posibilidad de identificar los famosos “gastos hormiga”: ese café camino al trabajo, el delivery del miércoles a la noche porque no tenías ganas de cocinar, ese alfajor que te compraste en una estación de servicio después de almorzar… Una vez que hagas esto vas a poder evaluar qué gastos mantenés y cuáles definitivamente desterrás de tu vida.

Presupuestá y planificá

No tenés que ser Ministro de Economía para usar estas palabras. Establecer un presupuesto que te sirva como guía durante el mes puede ser una herramienta más que interesante. Para esto, el registro de gastos del que hablamos en el punto anterior te va a ser de suma utilidad, ya que te va a permitir presupuestar con el conocimiento de tu realidad. No te olvides de incluir en ese plan el dinero que vas a destinar al ahorro: siempre es más fácil ahorrar desde el vamos y no apostar a resguardar ese plata que te sobra a fin de mes, porque corrés el riesgo de que no te sobre nada.

En base a este presupuesto, podés planificar: si vas a hacer algún gasto grande o no, si podés ahorrar más o menos, entre otras cuestiones. El presupuesto es una gran hoja de ruta que evita desbalanceos en tu economía familiar.

Ahorrá gastando

No, no nos equivocamos: esto es posible. Hoy en día, muchas personas toman la decisión de realizar gastos para evitar que ese producto que quieren comprar aumente mucho de precio en el futuro. Por ejemplo, imaginate que te querés comprar una máquina de café: si la comprás hoy seguramente esté más barata que en 6 meses. Por eso, si contás con el dinero o tenés las herramientas para poder adquirirla (una tarjeta de crédito, por ejemplo) tal vez te conviene avanzar en la compra y evitar que el precio se siga incrementando.

Algunos utilizan esta lógica incluso con los alimentos que se pueden guardar durante mucho tiempo (como los enlatados) o los artículos de limpieza. Es una buena forma de hacer rendir tus pesos y de ahorrar en productos que igualmente tenías planeado comprar. Invertir de manera inteligente.

Planteate un objetivo

Otra buena manera de ahorrar es estableciendo un objetivo que sepas que es alcanzable en un determinado tiempo, por ejemplo, un año. Con esta meta en el horizonte cercano, te vas a ver “obligado” a ahorrar un poco cada mes para poder llegar a cumplirla. Evaluá cuánto dinero necesitás y cuánto tiempo tenés para conseguirlo. A partir de eso, vas a saber exactamente cuánto tenés que ahorrar por mes y vas a poder instrumentar las herramientas necesarias para conseguirlo: evitar gastos hormiga, dejar de hacer determinadas cosas, optimizar tus ingresos. Es un ejercicio de todos los días, pero cuando logres cumplir tu objetivo, la satisfacción va a ser enorme ya que va a reflejar todo tu esfuerzo.

Invertí tu dinero

En la actualidad existen muchos instrumentos de inversión que te van a permitir conseguir dinero a partir de tu propio dinero. Los plazos fijos son una muy buena opción para destinar ese excedente que muchas veces guardás abajo del colchón: los constituís de manera rápida y en el término de tiempo que vos decidas (puede ser un mes) vas a recuperar el dinero que invertiste más una ganancia. Podés utilizar esa ganancia para algún gasto o reinvertirla en otro plazo fijo. Se la considera una inversión segura ya que desde el principio sabés exactamente cuánto vas a sacar cuando se cumpla el plazo.

Por otro lado, podés optar por los Fondos Comunes de Inversión, que -como su nombre lo indica-, son fondos conformados por los aportes de diferentes inversores con un perfil similar en lo que tiene que ver con sus objetivos de rentabilidad. Se los suele conocer con la sigla FCI y son administrados por un grupo de especialistas y expertos, que son los que deciden en qué invierte el fondo todo ese dinero que recibe de las personas. El destino de esa plata es lo que diferencia a los fondos: aquellos que invierten en instrumentos de bajo riesgo, como bonos o plazos fijos, ofrecen una inversión más “segura” que los que, por ejemplo, lo hacen en acciones o renta variable. Pero claro, estos últimos probablemente ofrezcan mayores ganancias.

A su vez, los FCI tienen algo súper positivo respecto de los plazos fijos, por ejemplo: los plazos de retiro del dinero. Cuando el inversor decide retirarse del Fondo, extrayendo total o parcialmente su plata, se dice que está haciendo un “rescate”. Mediante este método se puede disponer del dinero en el día, en 24 horas o en 72, dependiendo el Fondo.

Prestarle atención a tu economía personal es un elemento que te puede cambiar la vida. Y en ese sentido, ahorrar es una de esas buenas prácticas que pueden apuntalar tu crecimiento y potenciar tus posibilidades en el futuro. Empezá ahorrando un poco y conforme vayas generando el hábito, intentá guardar cada vez más dinero. Es un ejercicio que muchas veces cuesta al principio, pero que cuando empieza a formar parte de tu día a día, no sólo ya no se va nunca más sino que se transforma en una columna que sostiene toda tu planificación financiera.